ESE TREN QUE NOS LLEVA 10
Borracho de tabernas, papel y bibliotecas,
de luces otoñales, de angustias y de brumas,
de besos olvidados, de libros y de cines,
me tiendo en el silencio angosto de la noche.
Borracho a cada hora de vida encandilada,
borracho incompetente que espanta a los nacidos
del bien y del progreso, los hijos de la era
final de nuestro siglo. Borracho. Me emborracho
de nuevo y me repito borracho por las calles,
borracho por las plazas, borracho por la vida
que no tiene sentido si no es estar borracho,
borracho por vivirla, borracho de perderla,
borracho por sentirla borracha por la sangre.
Borracho de tabernas, papel y bibliotecas,
orino en las aceras del tiempo que me espanta
y sigo tan borracho que no tengo conciencia
del sueño que me toca vivir pero borracho,
borracho por la savia de vida que me inunda
la piel de escalofríos: enigma de los cuerpos
que marchan en los trenes que parten sin aviso.