PANORAMA DESDE EL ÁTICO XI
Hay tintes de domingo, hay esencias
de otoño ya en las tardes de este pueblo
y hay niños invisibles en las voces
lejanas que se escapan del silencio.
E1 viento ya parece haber callado
su acento en los alambres de los huertos.
Qué muda soledad entre las vides,
qué extraña languidez la de los cuerpos,
ausente en el altar qué sola el alma,
qué quedos los naranjos. En los suelos,
allá, desde el balcón, hacen las sombras
enormes abanicos de cemento.