Si solamente me tocaras el corazón
(Pablo Neruda)
Si solamente vinieses a visitarme,
si llegases al menos una vez
con un cuenco de espigas en las manos,
con un cesto de sonidos
de campanas al alba a despertarme,
a tocarme el pelo, a pellizcarme
las mejillas con tus dedos blancos,
a besarme los labios y a llamarme cobarde.
Si solamente vinieses una vez
con los pájaros sonámbulos de la noche
a dar sentido al destierro,
a ofrecerme el olor a barro y a lluvia,
a pan caliente de la canal de tus pechos,
a violentar el silencio
y la luz cansada de estas nubes bajas.
Si vinieses al menos una vez
a traerme tabaco de mendigo pobre
y un puñado blanco de azahares
con que ahuyentar el olor
a dalias viejas de mi almohada.
Ven vestida de muerte al menos,
blanca por el camino intransitable de la fiebre,
a llenar de escalofríos el corazón
dormido en las ascuas de unos zapatos rotos.
Ven desnuda
a dormir conmigo bajo la tempestad y la niebla,
a partir el espejo obstinado del insomnio,
a que bebamos juntos por una noche siquiera
el vino salvaje
y hostil de los solitarios.