Tratando estoy de qué modo podría escribir ahora vuestro nombre, mi señora, y el don en un verso todo. Sale el efecto diverso, porque por sílabas salen la “señora doña Valen”, y el “tina” sobra del verso. Pues si entrare el verso con mi “señora Valentina”, no es razón ni cosa dina, porque al nombre falta el “don”. Y quitárselo al desgaire por medir el verso justo, es un donaire sin gusto, y un peligroso donaire.