Precisamente porque estaba sola tendida en una rama de la noche no quise vadear el arco iris para unir en un beso nuestras voces. Ella guardaba dentro de sus ojos una pareja de palomas blancas, ella tenía dentro de sus párpados la nieve derretida de sus lágrimas. Esta noche de seda, cómo cruje y se hace toda ecos, a mi paso, ocultando en sus pliegues las palabras que escapan sin querer de nuestros labios. Precisamente porque estaba sola yo me había disuelto con el aire, dejó volar aquel par de palomas.