Mi cabeza inclinada sobre el aire miraba su cabeza hecha amor por mis ojos cuando de sus cabellos saltaban las abejas para dejar su miel en los labios resecos y sin esperanzas en los labios hundidos bajo las palabras llenas de amor y sangre. Nuestras cabezas acaban por perderse envueltas en las nubes la mía inclinada sobre el aire la suya hecha amor por mis ojos.