Dineros son calidad, ¡verdad! Más ama quien más suspira, ¡mentira! Cruzados hacen cruzados, escudos pintan escudos, y tahures, muy desnudos, condados ganan Condados; ducados dejan Ducados, y coronas Majestad: ¡verdad! Pensar que uno solo es dueño de puerta de muchas llaves, y afirmar que penas graves las paga un mirar risueño, y entender que no son sueño las promesas de Marfira: ¡mentira! Todo se vende este día, todo el dinero lo iguala: la Corte vende su gala, la guerra su valentía; hasta la sabiduría vende la Universidad: ¡verdad! En Valencia muy preñada y muy doncella en Madrid, cebolla en Valladolid y en Toledo mermelada, Puerta de Elvira en Granada y en Sevilla doña Elvira: ¡mentira! No hay persona que hablar deje al necesitado en plaza; todo el mundo le es mordaza aunque él por señas se queje; que tiene cara de hereje, y aun fe la necesidad: ¡verdad! Siendo como un algodón, nos jura que es como un hueso, y quiere probarnos eso con que es su cuello almidón, goma su copete, y son sus bigotes alquitira: ¡mentira! Cualquiera que pleitos trata, aunque sean sin razón, deje el río Marañón, y entre el río de la Plata, que hallará corriente grata y puerto de claridad: ¡verdad! Siembra en una artesa berros la madre, y sus hijas todas son perras de muchas bodas y bodas de muchos perros; y sus yernos rompen hierros en la toma de Algecira; ¡mentira!