EN LA ALTURA

Logré al fin con esfuerzo sobrehumano
a la cumbre subir de esta montaña:
muéstranse abajo, en pequeñez extraña,
el bosque espeso, la colina, el llano.

Con cendales de púrpura engalano
mi frente altiva que en la luz se baña;
la estrella de la tarde me acompaña,
y el sol declina cerca de mi mano.

Y por subir aún más lucho y porfío:
que es la más alta luminosa cumbre
la que en mis sueños escalar ansío:

En donde el sol del genio me deslumbre,
y de él recoja el pensamiento mío
siquiera, un rayo que al morir me alumbre.