HAPPY BIRTHDAY TO ME
Emilios, burofax, esemeeses,
canas en flor, primeras ediciones,
todo lo que le sobra a mis canciones
me lo cobran los años y los meses.
Maldita bendición, plata Meneses,
rata de callejón sin pantalones;
ya no canto aquel son con tropezones,
de vuelta a la pensión bordando eses.
Por suerte tengo en Tirso una guarida
donde velo los labios de la herida
cuando sabe a vinagre mi costado,
y, cada vez que subo al escenario,
estreno un corazón y el calendario
parece un bandoneón desafinado.

Las musas que me colman el puchero
lucen menos en forma cada día,
¿Quién iba a suponer que llegaría
tan martes este doce de febrero?
Y, sin embargo, espero todavía,
tiritando, que amaine el aguacero,
porque quiero querer como quería:
de hinojos, levitando y con sombrero.
Huyó la juventud carmín y breve,
zarpó la primavera y el verano
se bate malherido en retirada.
Mis primeros cuarenta y diecinueve
cumplo como cumplió Tony Soprano
su palabra en la sexta tempora