CUANDO SE TRATA DE ELLA...

Cuando se trata de ella, me agrada la plática,
Y exhala para mí un exquisito olor de ámbar.
Si habla ella, no atiendo a los que están a mi lado
Y escucho sólo sus palabras placientes y graciosas.
Aunque estuviera con el Príncipe de los Creyentes,
No me desviaría de mi amada en atención a él.
Si me veo forzado a irme de su lado,
No paro de mirar atrás y camino como una bestia herida;
Pero, aunque mi cuerpo se distancie, mis ojos quedan fijos en ella,
Como los del náufrago que, desde las olas, contemplan la orilla.
Si pienso que estoy lejos de ella, siento que me ahogo
Como el que bosteza entre la polvareda y la solana.
Si tú me dices que es posible subir al cielo,
Digo que sí y que sé dónde está la escalera.