Aquí, la vez primera,
por ti muero, te dijo,
y en sus lánguidos ojos
su triunfo miró escrito.

VICENTA MATURANA VÁZQUEZ, conocida también como VICENTA MATURANA DE GUTIERREZ, nació en Cádiz el 6 de julio de 1793. Su padre, Vicente Maturana y Altemir, caballero calatravo, mariscal de campo y director general de Artillería, sufrió numerosos cambios de destino por lo que la futura escritora tuvo que vivir numerosos traslados en su infancia. A los cuatro años fue a Madrid, recibiendo una sólida instrucción en baile, dibujo y francés. En 1807 se trasladaron a Sevilla, donde fue llamada "la Terpsícore del Betis" por su destreza como bailarina. En 1809 murió su padre en la batalla de Bailén y ella y su familia huyeron a Lisboa, donde falleció su madre. Vicenta permaneció en Lisboa con una tía hasta 1811 en que volvió a España a recibir la pensión vitalicia a que tenía derecho por su padre y en 1816 fue nombrada camarista de la reina María Josefa Amalia de Sajonia, hasta 1820 en que se une en matrimonio con el Coronel José María Gutiérrez Pérez-Gálvez.

En 1814 y hasta 1819 colabora en el "Diario Mercantil" de Cádiz con sonetos y letrillas bajo el seudónimo de Celmira y publica la novela anónima "Teodoro o el huérfano agradecido".

En sus "Ensayos Poéticos" hay ochenta poemas entre odas, letrillas, sonetos y romances de tema sentimental y algunas poesías "de circunstancias". Se incluye un romance de Fileno, seudónimo del poeta sevillano Félix José Reinoso, dedicado a Celmira tras su retorno de Lisboa. En 1830 comienza a trabajar en el "Himno a la Luna", obra en prosa poética inspirada por la lectura del "Himno al Sol" del Abate de Reyrac.

Desatada la I Guerra Carlista en 1833, su marido y su hijo de trece años se unen al bando de don Carlos y la escritora y sus hijas marchan al exilio en Francia hasta 1836, en donde concluye el cuarto canto del "Himno a la luna". Himno que el Gobierno carlista prohibió, como bien dijo Pío Baroja, "no se sabe si por resentimiento contra doña Vicenta o contra la luna".

En 1838 fallece su marido en Perigueux y vuelve a Francia hasta 1847, año en el que se establece en Alcalá de Henares, donde residió hasta su muerte en 1859.

_______________________________________________________________

“No se ha extinguido la llama de su ingenio. Su ingenio pertenece a Cádiz y Cádiz no puede perderlo mientras existan hijas que con su belleza y su talento, le de encanto, felicidad, orgullo y nombre”.

(Adolfo de Castro)