FRANCISCO DE RIOJA
Francisco de Rioja  , Poetas Andaluces en www.poetasandaluces.com

BIOGRAFÍA

En tan lento resistir
y en incendio tan severo
poco a la razón espero
y mucho temo al vivir.



Es FRANCISCO DE RIOJA una de las muestras más acabadas de fino y delicado poeta y erudito de fuste. Uno de esos hombres de los que, según Unamuno, Sevilla andaba "sobrada".

Nació en Sevilla el 22 de Noviembre del año 1583. Su familia, humilde y numerosa. El padre, albañil y lo más probable que analfabeto. Pero aquel niño, con su genio despierto y su mucha aplicación, pudo contar pronto con valedores que patrocinaron sus estudios. Cursó la carrera de jurisprudencia, se ordenó y fue canónigo de la catedral de Sevilla. Teólogo y jurista, y amigo y protegido del Conde - Duque de Olivares, favorito de Felipe IV, fue nombrado bibliotecario y cronista de su Majestad. Fue fiel a su protector y a su caída le acompañó al destierro en Loeches primero, y después en Toro. Fallecido el Conde-Duque, se retiró a Sevilla cansado y desengañado de las fortunas de la Corte. El Cabildo sevillano le designó entonces agente suyo en Madrid (1654), con cuyo cometido tuvo que volver a residir en la capital, y allí murió el 28 de agosto de 1659.

Mantuvo relación literaria con Lope de Vega, Juan Pérez de Montalbán, Cervantes y muchos personajes de la aristocracia; fue bibliotecario de Felipe IV y cronista de Castilla.

La gloria poética de Rioja ha disminuido desde que se le despojó de la paternidad de dos de las poesías más célebres de la literatura, la canción “A las ruinas de Itálica” y la "Epístola moral a Fabio”(de Andrés Fernández de Andrada). Pero no obstante, su obra es lo suficientemente valiosa para que su nombre figure en toda antología de la poesía lírica española.

Escribió unos treinta sonetos amorosos y algunos sobre temas de carácter filosófico, cuyo tema central era la brevedad de la vida y la inestabilidad de la fortuna. Escribió obras en prosa, algunas de ellas destinadas a la defensa de su amigo, el conde-duque de Olivares. Escribió poemas a árboles y plantas, al río Guadalquivir, o a las ruinas de Atlántica e Itálica -la naturaleza, junto a las ruinas, era un tema de gran gusto para los poetas de esta escuela. Manejaba con gran maestría la silva, entre las que se encuentra, como más bellas, "A la rosa", "Al clavel", "A la rosa amarilla". Rioja veía en las flores un emblema de la fugacidad de las cosas humanas y, en particular, del amor, que caduca apenas ha nacido, por ello fue llamado "El poeta de las flores".

Gracias Gloria, por tu libro.