JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
Juan Ramón Jiménez , Poetas Andaluces en www.poetasandaluces.com

BIOGRAFÍA

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ MANTECÓN nace en Moguer (Huelva) el 23 de Diciembre de 1881.

"Nací en Moguer, la noche de Navidad de 1881. Mi padre era castellano y tenía los ojos azules; y mi madre, andaluza, con los ojos negros. La blanca maravilla de mi pueblo guardó mi infancia en una casa vieja de grandes salones y verdes patios. De estos dulces años recuerdo que jugaba muy poco, y que era gran amigo de la soledad."

Así mismo define el poeta su infancia, en una carta escrita a su prima, una infancia de niño consentido ya que sus padres Víctor Jiménez y Purificación Mantecón, se dedicaban con éxito al comercio de vinos. Los recuerdos más remotos del poeta en Moguer, los podemos encontrar en “Casa Azulmarino” cuando vivía en la calle de la Ribera. La casa de la Ribera, el río azul bajo el cielo azul despierta sus primeras fantasías literarias.

A los pocos años se trasladó a la calle Nueva “porque- dice el propio Juan Ramón- los marineros andaban siempre navaja en mano, porque los chiquillos rompían todas las noches la farola del zaguán y la campanilla y porque en la esquina hacía mucho viento”. En esta casa su temprana fantasía desbordada hace que nazca el gusto por los reflejos del sol en las cosas, reflejos que no pasarían inadvertidos a alguien que durante toda su vida tuvo una constante preocupación cromática. Reflejos que siempre vio “Por el cristal amarillo”.

Juan Ramón, estudió Bachillerato con los jesuitas en el Puerto de Santa María (Cádiz) en el colegio “San Luis Gonzaga” y apuntaba con ser un creador. De momento se orientó hacia la pintura, como así lo atestiguan “Retrato de una caballero”, “Soldado con mosquetón” o “un perfil femenino”. Aún adolescente, la lectura de Gustavo Adolfo Bécquer le puso en contacto con la poesía. En un texto el propio poeta nos explica:

"Primero se despierta en mi el amor a la pintura. Luego a la poesía. Luego a la música (a la pintura: de los primeros años de la niñez a los quince o dieciséis. A la poesía de los quince o dieciséis en adelante. A la música de los veinte en adelante) luego primero: disminuye el amor a la música, luego a la pintura. Aumenta siempre el amor a la poesía y literatura como arte completo.”

Aunque comenzó la carrera de Derecho, impuesta por su padre, en la Universidad de Sevilla no finalizó sus estudios, pues las artes (pintura y poesía) le atrajeron más. La familia del poeta, culta, tradicionalista y conservadora, no se opuso; muy al contrario, contó con el apoyo de ellos, en especial de su madre. La economía familiar se lo permitía.

Con diecinueve años, se traslada a Madrid, donde entra en contacto con los grandes poetas modernistas. Especial es la admiración que sentirá hacia Rubén Darío. Publica sus dos primeras obras “Nínfeas” y “Almas de Violeta”, cuyos títulos son sugeridos por Valle-Inclán y Rubén Darío. Antes del verano vuelve a Moguer enfermo de neurosis depresiva.

El 1901 su familia le interna en un sanatorio francés para enfermos mentales en Burdeos, donde tuvo una aventura amorosa con la mujer de su psiquiatra mientras escribe “Rimas” bajo influencia de los simbolistas y parnasianos franceses. En septiembre es ingresado en el sanatorio del Rosario de Madrid. En la habitación del sanatorio organiza reuniones a las que asisten A. Machado, Valle-Inclán, Benavente... Allí pasa dos años de grato recuerdo y publicó sus dos primeros libros de textos. La muerte de su padre en este mismo año y la incipiente ruina familiar le causaron una honda preocupación, vivida intensamente a causa de su carácter hiperestésico.

En 1905, una nueva crisis depresiva le lleva a Moguer. En este viaje nace “Platero y yo” quien no vería la luz hasta 1914 y sigue escribiendo poesía amorosa bajo el signo del simbolismo; así es el poema "El viaje definitivo". Los años siguientes serán duros para el poeta. Se agudiza su crisis depresiva a lo que se une el descalabro económico de la familia.

En 1911, animado por Ramón Gómez de la Serna, decide vivir definitivamente en Madrid. Sin embargo, se irá alejando del vanguardismo de éste atraído por el ambiente intelectual de la Residencia de Estudiantes. Allí se instala en 1913, año en que conoce a Zenobia Camprubí Aymar, de quien se enamora profundamente. Tras sus primeras negativas y gracias a la insistencia del poeta, como refleja uno de sus mejores libros de poemas de amor, “Estío”, conseguirá su propósito, siendo finalmente aceptado por la cultísima Zenobia.

En 1914 ve la luz definitivamente “Platero y yo”. Una selección de sesenta y tres capítulos, hecha por el autor, en su colección “Biblioteca Juventud”. Este hecho, junto con el prólogo titulado “Advertencia a los hombres que lean este libro para niños”, dio lugar a que la obra fuese erróneamente encasillada en el género de la literatura infantil. Podría decirse que este libro dedicado y formado por breves capítulos pueden considerarse poemas en prosa o también llamada Prosa poética que tanto caracterizará a Juan Ramón.

En 1916, viajan juntos a Estados Unidos para casarse. Este acontecimiento será decisivo para la vida y obra del poeta. Había prometido a su amada el libro de poemas más hermoso jamás escrito. Lo cumplirá en parte con “Diario de un poeta recién casado”. Pero, el redescubrimiento del mar se convierte en uno de sus más importantes símbolos poéticos, hasta el punto de que cambiará luego el título a este libro por “Diario de poeta y mar”. Durante este viaje, contacta con la poesía anglosajona, mientras su mujer traduce a Rabrindanath Tagore. Cuando vuelve a Madrid encabeza movimientos de renovación poética, logrando una gran influencia en los inicios de la más prolífica generación del siglo XX: la Generación del 27.

En 1917 se publica la edición completa, de “Platero y yo” compuesta por 138 capítulos donde quedaba claro que Platero era un texto adulto, aunque por su sencillez y transparencia se adecuara perfectamente a la imaginación y al gusto de los niños. Algunos capítulos encerraban una cierta crítica social, revelando una dimensión del autor que muchos tardaron en advertir.

En 1918 publica “Eternidades”, uno de los más influyentes en la poesía española del siglo pasado. Sin embargo, las nuevas corrientes literarias que llegan a España a finales de los años veinte, especialmente el Surrealismo, harán que los de esta Generación vayan dando la espalda al ideal de poesía pura de Juan Ramón.

En 1920 ya había ampliado “Platero y yo” hasta llegar a los hasta los 190 capítulos; de hecho, existen tres adicionales al igual que planeaba también una segunda parte, de “Platero y yo” denominada “Otra vida de Platero”, de la que incluso esbozó algunos títulos. Un proyecto que, como el de publicar “Platero y yo” en cuadernos sueltos, no llegaría nunca a ver la luz:

“Por la cuadra en silencio, encendiéndose cada vez que pasaba por el rayo de sol de la ventanilla, revolaba una bella mariposa de tres colores...”

De 1921 a 1927 publica en revistas parte de su obra en prosa. De 1925 a 1935 publica sus “Cuadernos”, en los que aparece casi todo lo que escribe en este periodo: poemas, cartas, retratos líricos de escritores y recuerdos literarios. En 1931, la esposa del poeta sufrirá los primeros síntomas de un cáncer que acabará con su vida.

En 1936 estalla la guerra civil en España y se mantiene fiel del lado republicano llevando una importante labor de acogida de niños huérfanos. Juan Ramón y Zenobia marchan a Washington, habiendo dejado sus ahorros para atender a los huérfanos; él será el agregado cultural de la Embajada de España. Es invitado a dar conferencias en la Universidad de Miami. Con la victoria de Franco en la guerra, el matrimonio decide mantenerse en América en el exiliado. La tendencia depresiva del poeta hará que el exilio le aleje de la realidad e intensifique su aislamiento social. Durante estos años recibe el reconocimiento literario en toda América. En 1946 el poeta permanece hospitalizado ocho meses a causa de otra crisis depresiva.

En 1950, se instalan en Puerto Rico, que se convertirá en su segunda patria, y donde trabaja como profesor en la Universidad. Zenobia es operada de cáncer de matriz en 1951, enfermedad que se agrava en 1954.

Octubre de 1956 tiene para el poeta dos caras: la concesión del Premio Nobel de Literatura el día 25 y la muerte de Zenobia el día 28 en la clínica Mimiya de Santurce (Puerto Rico). Juan Ramón se recluye en su casa, en la más absoluta oscuridad:

Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando,[...].
Todas las tardes el cielo será azul y plácido,
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las esquilas del campanario.
Se morirán los que me amaron
y el pueblo se hará nuevo cada año;[...]

El 29 de Mayo de 1958, totalmente desolado, muere en la misma clínica en la que murió Zenobia.

El 6 de Junio, su sobrino Francisco Hernández-Pinzón traslada los cuerpos de Zenobia y Juan Ramón a España, cumpliendo el deseo de sus tíos. Tras varios días de celebraciones y homenajes, reciben sepultura definitiva en el Cementerio de Jesús, de Moguer, donde había nacido.

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A Juan Ramón Jiménez

¿Tienes, joven amigo, ceñida la coraza
para empezar, valiente, la divina pelea?
¿Has visto si resiste el metal de tu idea
la furia del mandoble y el peso de la maza?

¿Te sientes con la sangre de la celeste raza
que vida con los números pitagóricos crea?
¿Y, como el fuerte Herakles al león de Nemea,
a los sangrientos tigres del mal darías caza?

¿Te enternece el azul de una noche tranquila?
¿Escuchas pensativo el sonar de la esquila
cuando el Ángelus dice el alma de la tarde?...

¿Tu corazón las voces ocultas interpreta?
Sigue, entonces, tu rumbo de amor. Eres poeta.
La belleza te cubra de luz y Dios te guarde

(Rubén Darío)