IBN QUZMAN (ABÉN GUZMÁN)
Ibn Quzman  (Abén Guzmán) , Poetas Andaluces en www.poetasandaluces.com

BIOGRAFÍA

MUHAMMAD IBN ABD AL MALIK IBN QUZMAN más conocido simplemente como IBN QUZMAN y también por su nombre latino ABÉN GUZMÁN, fue un famoso poeta andalusí, nacido en Córdoba hacia 1078 y muerto en la misma ciudad en 1160, conocido por sus peculiares zéjeles escritos en árabe coloquial andalusí.

Perteneció a una noble familia cordobesa llamada de los Banû Kuzmân. Respecto a la fecha de su nacimiento es muy discutida por los biógrafos e historiadores, aunque según cuenta el mismo en su "Cancionero" tenía entre seis y ocho años en la batalla de Zalaca, lo que permite conjeturar sobre su fecha de nacimiento.

En su nombre se ha querido ver una arabización del germánico Guzmán, algo que no era infrecuente en Al Andalus, pero otras fuentes señalan que el nombre Quzman está documentado ya en la Arabia preislámica, con lo que puede que sea árabe, aunque es un nombre inusual. De cualquier modo el propio Ibn Quzman se describe a sí mismo de muy buena imagen y figura, alto, rubio, de ojos azul claro, libertino y malcasado; igualmente se vanagloriaba de no saber nada y de no haber visto nunca el mar, aunque observando su obra esta última aseveración es dudosa.

De vastísima cultura, conocería los mejores poetas de la revolución andalusí, el amplísimo abanico de escuelas de pensamiento y filósofos, la jurisprudencia y la retórica, además de la historia, tradiciones y otros conocimientos científicos. Ostentó el título de nobilísimo visir, cosa que, como veremos más adelante, hizo constar en todos sus escritos, más en un sentido irónico y con sorna, que realmente por el título como tal, que por aquella época ya había perdido la importancia que tuviera antaño.

Vivió de sus canciones y antologías, viajando por numerosas ciudades y pueblos, y participando en certámenes literarios y en toda clase de lances picarescos y libertinos. Es en su obra donde se refleja no sólo su biografía personal, sino la mejor exposición de todo el conjunto social que convivió y conformó la forma de ser y las relaciones sociales e individuales de la nación andalusí. Lo esencial de su obra se conserva en un único códice, que fue descubierto en San Petersburgo a finales del siglo XIX: se trata de su "Cancionero" o Diwan (antología poética), que es también el documento que proporciona los datos que se conocen sobre su vida, ya que en sus composiciones habla también de sí mismo. Ibn Quzman conocía bien la poesía árabe clásica, de autores célebres como Abu Tammam, Al Mutanabbi, Du Al Rumma, etc. Han llegado hasta nosotros algunas composiciones suyas de aire clásico, consideradas de poco valor frente a su "Cancionero". Ésta es una obra original tanto por la forma utilizada, el zéjel, escrito no en la lengua literaria habitual sino en el dialecto local, como por los temas que toca, en los cuales a menudo reinterpreta de forma irónica tópicos de la poesía árabe clásica.

Se piensa que Ibn Quzman fue el primer gran escritor que empleó el zéjel, que había sido inventado por el zaragozano Ibn Bayya, y le dio su forma definitiva, puliéndolo de las imperfecciones que a su juicio tenía.

Su Diwan o Cancionero contiene 149 zéjeles. El arabista Stern los dividió en dos clases:

• Los zéjeles moaxajeños, que son poemas de entre cinco y siete estrofas en todo similares a las moaxajas (temas, forma, jarcha) salvo por el hecho de estar escritos en lengua coloquial en vez de en árabe clásico. Constituyen una tercera parte del Diwan.

• Los zéjeles propiamente dichos, sin límite de estrofas, de temas diversos, y que constituyen los dos tercios restantes.

Más que un poeta a secas, supone todo un acopio de estilos, costumbres, formas de ser y sentir la vida, que constituyen el mejor exponente y testigo de lo que debió ser aquella gran formación histórica andalusí.

Dedicó buena parte de los zéjeles a describir sus relaciones con jóvenes varones, las fiestas a las que solía asistir o los bailes e instrumentos musicales empleados en ellas. También habla de sí mismo y hace, como otros poetas, elogio de las personas que le protegen. De acuerdo con uno de sus zéjeles, hacia el final de sus días pareció arrepentirse de su vida disipada:

"Ibn Quzman se arrepintió.
¡Bueno será para él si persevera!
Sus días pasados eran fiestas entre los días.
Pero después del sonar de atabales y adufes
y de arremangarse para el baile
Ahora sube y baja por la torre del almuédano.
Se ha hecho imam en la mezquita
y reza prosternándose e inclinándose".
Aunque también dejó escritas instrucciones para su muerte:
"Cuando muera éstas son mis instrucciones para el entierro:
dormiré con una viña entre los párpados.
Que me envuelvan entre sus hojas como mortaja
y me pongan en la cabeza un turbante de pámpanos".

Ibn Quzman es el exponente más preciso del sentimiento general de la sociedad andalusí.