¡OH LA PEREGRINA DISTANTE!
¡Oh la peregrina distante cuyos lares están
en la reserva del corazón!
Tus bienes te hicieron olvidar al siervo
del que tú solo eres señor.
Las horas gozadas te alejaron de él
y ya ni su recuerdo se asoma a tu frente.
Quieran mis vigilias sostener la esperanza
cuyo sentido conocen tan sólo el destino y mis días.