MUJER EN LA VENTANA
A contraluz el aire se hace denso.
El sol ha recortado entre la niebla,
con su luz celofán, el perfil de la tarde.
Hay un rumor propicio a la aritmética
recorriendo el silencio de las calles.
La ciudad se desmaya y yo la abrazo;
mi corazón se agrieta junto a un muro.
Contemplo el espejismo. En él me reconozco.
La soledad se filtra en los tejados
como una lluvia estéril.
Ahora te encuentro así, geométrica y azul,
detrás de una ventana. Tensa lengua de mar
que se adentra en la noche
y se desborda,
latido vegetal, faro encendido
por encima del tiempo y el paisaje.
Un barco leva el ancla.
Los cormoranes sueñan con la orilla.
Hoy quiero ver el mundo con tus ojos de espuma.