UN RAYO DE SOMBRA
No parece haber esencia
en la manera de recogerse el pelo.
Los días libres
se alargan en domingos amontonados,
no hay reconocimiento certero,
ni tampoco hay pasos que dar,
ni ociosas comparaciones, no hay
vuelcos, ni la medida
triangular, ni la sacudida,
sólo la penosa tranquilidad, el simulacro,
en el expectante
domicilio.