Mi cuaderno de viaje
hoy tiene hambre de historias,
me recuerda a los huracanes que aceleran al tiempo,
la pasión y la sensibilidad con que se bate la vida,
los cuentos que narran la creación del mundo…
la ideología y la filosofía con se activa el universo.

En mi cuaderno,
un pilot escribe la nostalgia de unas manos
y coplillas cantan al levante que nos conmueve;
a callejuelas de piedras ostioneras con desconchones
y las huellas, que con el tiempo, en los balcones colgaron.

Ventanas quedaron cerradas
como un mástil frente al horizonte
y mientras que el faro juega con las olas,
la primavera siempre trae a las flores
para rejuvenecer a las envejecidas plazas.

Cada día un amanecer distinto,
contemplado desde sus torres,
de anaranjadas nubes y blancos de colores;
Cada día un atardecer distinto
contemplado desde la orilla,
horas azules para los poetas que en la arena escriben.

Las barcas, a las gaviotas balancean,
símbolos de las almas que en la playa viven…

Digamos que hoy, hablo de mi Cádiz.