ESCUELA BUCÓLICA
En los brazos de Adonis
la aurora se ha dormido.
Sus pupilas de niña
viajan en un suspiro.

El arroyo bosteza.
La mar susurra a gritos.

En la plana dehesa
donde viven los trigos,
las hormigas guerreras
se baten con los grillos.

La sangre de amapolas
corre por el camino.

Dejaron las campanas
levitando entre olivos,
tañer de oscuro bronce,
llanto en metal fundido.

Niños suben a una escuela
por un sendero perdido.
La escuela, los mira y mira
desde el final del camino.
Mientras que un toro marrajo,
embiste, a encerado y libros.

Una paloma bermeja
corta en un cielo de lirio,
estrellas de chocolate
con lunas de pan de higo.