MI INSEPARABLE

Y aunque yo no soy tú, sin ti yo nada soy.
Te he mirado igual que a mí, mi inseparable,
y sé que adonde mire, mi propio yo eres tú
antes que yo y, por eso, te afirmo como un bien.

No sé reconocerme sino yendo a tu vida,
ni alcanzo más que en ti mi justificación.
Me existes, y yo sé que te devuelvo a ti
cada vez que me amas porque soy en ti mismo.

De qué lado estaremos puesto que el gozo es
la afirmación del otro, mirada mía que alcanza
tu misma identidad cada vez que me miras.

Y crezco cuando creces, y el mundo es este encuentro
donde no pretendemos más que ser en nosotros,
tú en mí y yo en ti, la línea del amor.