ROSA DE PASIÓN

Como la espiga por la hoz segada,
como la rosa que marchita el viento,
ha inmolado su vida a un sentimiento
en sus deberes fija la mirada.

Con el velo nupcial amortajada,
sola, entre cirios sobre el pavimento,
sin que la hubiese ajado el sufrimiento
conserva su hermosura inmaculada.

Hay en su boca un gesto sonriente,
se halla su faz de palidez cubierta
y un destello de luz brilla en su frente.

Hacia la calle la ventana abierta,
el vulgo que pulula indiferente
en la tragedia ve solo una muerta.