EL PERRO

Si el hambre un día por mi puerta entrara,
de tu cariño no rompiera el lazo,
más te acercas a mí si te rechazo,
dieras el pecho si alguien me atacara.

Odiarías a todo el que me odiara,
tú me cobras la pieza que yo cazo,
sufres paciente el golpe de mi brazo,
mis pasos seguirías si cegara.

Vigilas receloso mientras duermo,
no te apartas de mí si estoy enfermo,
lames con gratitud mi avara mano.

Si Francisco de Asís te conociera,
de hermano el nombre con amor te diera;
yo no soy digno de llamarte hermano.