TIÑE EL RUBOR...

Tiñe el rubor con sonrosadas tintas
tus mejillas de nácar,
como los tibios rayos de la aurora
las nubecillas blancas.

Tiembla en el fondo de tus negros ojos
húmeda tu mirada,
como en el seno de las aguas tiembla
estrella solitaria.

Alza y deprime tu nevado seno
agitación extraña,
cual de las blanca tótola en el nido
miro agitarse el ala.

Y, al peso de ignorado pensamiento
doblas la frente cándida,
como el lirio, que inclina su corola
al beso de las auras.

Y de las flores con inquieta mano
hoja tras hoja arrancas
y alzas a mí los ojos un instante,
Quieres hablar... ¡y callas!