OLIVO VERDE Y BLANCO
A mi buen amigo Pedro Ruiz-Berdejo...
Por campos andaluces,
camina un peregrino,
en busca de un olivo
por los surcos arados.
Inmóvil se quedó al encontrarlo,
izado en el mástil más alto.
Sus antepasados de al-Andalus,
derramaron su sangre al anudarlo.
Anchos son los campos de Castilla
y estrechos los de Andalucía.
Obreros explotados en las ciudades.
Y, en el campo, los jornaleros.