Si no te dije te quiero y no he rondao tus balcones, a qué me vienes ahora llorando por los rincones. Más de cuatro veces te he dicho, serrana, que yo solamente podría quererte igual que a una hermana. Te debe de dar alegría saber que te estoy queriendo como una hermanita mía. Carita de magdalena, medallita de marfil a mí me da mucha pena de que tú llores por mí, alégrate, dolorosa, y alégrate, con razón, que a mí me gustan tus rosas pero no las de pasión. ¿Por qué si nunca te hablé de amores ni casamiento le vas diciendo a la gente que falto a mi juramento? Nunca se han juntado tu boca y la mía, lo mismo que nunca te he dicho, serrana, que yo te quería. Yo no te he jurao en vano, tú y yo nos quisimos siempre lo mismo que dos hermanos. Carita de magdalena, medallita de marfil a mí me da mucha pena de que tú llores por mí, alégrate, dolorosa, y alégrate, con razón, que a mí me gustan tus rosas pero no las de pasión.