EN UNA HABITACIÓN

En una habitación
hay una pobre vela,
¿no hay electricidad?
Una llamita roja, amarilla, violeta,
agiganta las sombras.
Al fondo suena un timbre como de bicicleta:
no abras, nunca
abras.
La luz se debilita con la tristeza recta.
Al fondo del pasillo parece hablar el aire:
no te consumas nunca, nunca duermas.