Yo sigo el rastro de la tinta oscura para encontrar palabras que sean lo que son y al mismo tiempo lo que no pueden ser, lo que transita. Las horas que gastamos en pensar; la exactitud de lo que no es exacto; el margen de equilibrio que admite que los dedos del presente nos mancillen. La sensación de estar donde no estamos y también la contraria: no ser jamás del todo lo que somos. Materia y consistencia y transparencia: como una fina lámina de mármol deja pasar la luz. (De Para lo que no existe, 1999)