En estas cavidades se amotina la vida, bullen formas naciendo. ¿No las sientes pujar, surgir de súbito entre volutas, ondas concéntricas de asombro, rastros de chorreantes combustiones? Detente, caminante: asiste a la transmutación sexual de la materia, luciérnagas que fluyen desde el caos al orden, sombras que gesticulan, vociferan por sus incandescentes rudimentos. Objetos son de amor estos reductos, diseminan la luz y la reagrupan mientras recobra el barro la borrasca primaria de su fuego. Ya está en vilo la vida: irrumpe del fondo placentario de los hornos.