Hay un fondo borroso de papeles quemados, como una repentina combustión de residuos que se han ido esparciendo en las habitaciones. Casa sin nadie, ¿estuve alguna vez aquí, cuando la inercia consistía en un vago remedo de la felicidad, y los incinerados restos de la memoria se aventaban por esos intramuros donde ya hasta la música era una estratagema del silencio? Se me ha olvidado todo lo que no dejé escrito