Al pie de Sierra Nevada, en un bello paraíso, se encuentra, porque Dios quiso, la bellísima Granada. Cuanta hermosura reuniste, Boabdil, ¡cuanto su encanto! Comprendo tu amargo llanto al mirar lo que perdiste. Ay, Alhambra de los moros, Generalife florido. Ay, Albaicín añorado. ¡Cuantos hermosos tesoros...! ¡Jamás tendréis el olvido de aquel que os ha contemplado!