(Inédito, cedido por la autora para www.poetasandaluces.com) No te juzgo; no sé por qué lo has hecho, ni entiendo la razón de mucha gente que hablando sin tener ningún derecho les deja tu dolor indiferente, no tienen corazón dentro del pecho ni esperes compasión de un inconsciente. La lengua es un músculo bendito que mueve sin razón algún maldito. ¿Hiciste tú algún daño sin saber que todo vuestro amor, otro analiza hiriendo, porque no logra entender que existe una pasión que tiraniza? No, ¿lo ves?, sólo te puede ofender si escuchas su versión tan enfermiza. Tú vive la razón de tu existencia sin otra intromisión que tu conciencia. No sufras; tú no puedes impedir que el necio, cuando busca la ocasión de hacerse oír, te suela siempre esgrimir motivos que le faltan la razón; y ya sólo, consigue así exhibir, lo triste de su pobre condición. Decide por ti mismo tu destino y aparta tanta piedra del camino.