Un poema personal e inédito cedido por la autora para www.poetasandaluces.com Murióse mi animalito quedóme gran desaliento, ¡y el alma llena de pena por el vacío que siento! Y al morir, esa alegría conque adornaba sus juegos, los saltos y sus ladridos quedaron en el silencio. Se murió entre mis brazos, y expiró un último aliento cuando miraba mis ojos y yo, rezaba en silencio. Ahora dice la gente que ellos no van al cielo, que al cielo van las personas y no los perritos buenos. Tres potencias tiene el alma que dan derecho a tu reino… Las tres potencias Señor ¡Las tres tenia mi perro! Murióse mi animalito, quedóme gran desaliento.
Nos dejó en Navidad un 23 de Diciembre del 2001.
Siempre te recordaremos.