ZONA CERO
cuando los Donettes rayados me resulten indigestos,
cuando deje de buscar pestañas de doce centímetros,
cicatrices en labios y barbillas...

cuando tu cara no se confunda con otras en la parte trasera
–de un coche–
o no chirríen mis pómulos al entrar en la estación...
cuando mis amantes dejen de ser
richard gere y un petit suisse de nata

—cuando ya no te hable—

seguro
se me habrá enfriado el café.