COSTA DE LA LUZ. JUNIO.
Feliz la piel que vuelve a recordar
el sol de junio seis años más tarde
si ya las playas no te ven de Huelva.
Feliz mi cuerpo que en el viento deja
crecida su figura,
absorto en los azules fugitivos.
Costa de la luz. Junio
recobrado en los párpados ausentes,
ya recuerdo el incendio de tus tardes.
Mis pies desnudos sienten
uno a uno los granos de esta arena.
No he dejado lugares melancólicos
en la memoria del camino andado: 
este kilómetro inflamado es justo.
Vuelvo a ti, satisfecho de salitre,
mareas y pinares.
Feliz el ojo que recoge cerca
a aquel bañista solo y prematuro
que en batallas de lunas y de espumas,
en su surgir intermitente dice
Speedos, Speedos, Speedos como
un húmedo mensaje 
de conchas y senderos sumergidos.
Costa de la Luz. Junio.