SÁBADO NOCHE
Me sobran razones para la fiesta. 
Entre ellas se encuentra no tener razones.
(Enumerártelas sería un desatino).
Cada extremo de mi cuerpo acaba
en un trozo de mundo, o un trozo de luz.
Respiro un aire inmenso. La especie
a la que pertenezco baila esta noche.
Yo me debo a mi especie. La fiesta 
ha comenzado y no parece que termine.
Sin causa conocida mi cuerpo se muestra
enérgico o tímido, según convenga.
Ahora nadie podrá pararle.
Nada como una pista de baile
para tocar las estrellas. Abandonado
de los problemas, mi corazón
salta y lo ilumina un foco.
Es una metáfora incandescente.
Está sonando la última de Suede
y por momentos soy de plástico.