LA SELVA DE LOS RELOJES
Entré en la selva
de los relojes.

Frondas de tic-tac,
racimos de campanas
y, bajo la hora múltiple,
constelaciones de péndulos.

Los lirios negros
de las horas muertas,
los lirios negros
de las horas niñas.
¡Todo igual!
¿Y el oro del amor?

Hay una hora tan sólo.
¡Una hora tan sólo!
¡La hora fría!