AL AMOR II
 Amor, no es para mí ya tu ejercicio,
porque cosa que importa no la hago; 
antes lo que tu intentas yo lo estrago, 
porque no valgo un cuarto en el oficio. 

Hazme pues, por tu fe, este beneficio:
que me sueltes y des carta de pago. 
Infamia es que tus tiros den en vago: 
procura sangre nueva en tu servicio. 

Ya yo con solas cuentas y buen vino
holgaré de pasar hasta el extremo; 
y si me libras de prisión tan fiera, 

de aquí te ofrezco un viejo mi vecino
que te sirva por mí en el propio remo, 
como quien se rescata de galera.