- Conque ma Rodríguez: ¿ayer en el pago tuvo sus palabras osté con el amo? Y al fin, ¿hubo arreglo de la cosa? ¡Claro¡ Pasó lo que pasa. Los hombres mediaron, ¡y quebró la soga por lo más delgao¡ -El tuvo la culpa. -Si no casca tanto con mil indiretas sin venil el caso, yo no l'arresuello. Pero aprecisao, ya tuve que icirle: Pos miá osté, mi amo: si osté pone hacienda, yo pongo el trebajo; si osté tié dinero, yo tengo mis manos; y si osté sus fincas apondera tanto, ¡más que osté sus tierras miro yo estos frazos¡ -¿Y por qué jué eso? -Jué por na. Labrando, en la pieza grande qu'había de eriazo, en los cornijales que quean argo bajos, que sabes tien siempre muchos mogigatos, ca vez q'a esas matas llegaba el arao. me dicía mu serio, chupando el cigarro: "¿Sabes lo que dicen esos mogigatos?" "El oro sin fruto q'aquí m'he gastao". Lo dijo cien veces sin venil al caso........ Y yo, ¡Ceja Rucio¡ ¡Toma aquí, Bragao¡ Como si fuá sordo. Pos que desputando, y más notavia, si no es güeno el año, manque siempre tengas más razón q'el amo. ¡se quiebra la soga por lo más delgao¡ Seguí mi tarea; pero en un ribazo qu'había de mapolas, ya mu cabreao, dije: Señorito, ¿ve osté ese retazo que parece sangre? ¡Ese es mi trebajo¡ ¡Esa es sangre mía q'aquí he derramao, y mía osté lo probe que soy a mis años, que vivo al esjuerzo na más de mis frazos¡ Ya siguió la cosa, y mus enreamos a dicir palabras, dasta q'el Damaso, medió con musotros... Se esahogó mi amo...... me moldí la lengua....... me golví a los machos..... ¡y en la pieza, juntas enterró el arao toicas las mapolas con los mogigatos¡ Diego: lo que siempre pasa con los amos: ¡que quebró la soga por lo más delgao.