¡OH! TÚ QUIEN HAS DIRIGIDO A MI CORAZÓN...

¡Oh! tú quien has dirigido a mi corazón el dardo con mirada penetrante,
Conoce a quien está muriendo, con rápido fluir de lágrimas.
Quien reclamará la justicia como un cervatillo,
delgado de cuerpo al igual que la hierba fresca, verde.
¿Quién ha insistido en evitarme y en la distancia?
Me has seducido con el encanto de tus párpados.
Lo tenía todo permitido, y aunque me evitas siempre,
has ganado mis deseos deshaciendo tu ****