Ya está todo en sazón. Me siento hecha, me conozco mujer y clavo al suelo profunda la raíz, y tiendo en vuelo la rama, cierta en ti, de su cosecha. ¡Cómo crece la rama y qué derecha! Todo es hoy en mi tronco un solo anhelo de vivir y vivir: tender al cielo, erguida en vertical, como la flecha que se lanza a la nube. Tan erguida que tu voz se ha aprendido la destreza de abrirla sonriente y florecida. Me remueve tu voz. Por ella siento que la rama combada se endereza y el fruto de mi voz se crece al viento.