ALBORADA EN EL GOLFO
La mañana crece, y nadie todavía. El mundo es esto: sol, arena, agua. Soledad
y tiempo lo habitan, y nada más. ¿Tú? Tú eres su pensamiento
circunstancial, hijo de esa soledad bien hallada y ese tiempo demorado. Pausa.
Vivir siempre así. Que nada, ni el alba, ni la playa, ni la soledad fuesen
tránsito para otra hora, otro sitio, otro ser. ¿La muerte? No. La vida
todavía, con un más acá y un más allá, pero sin remordimientos ni
afanes. Y entre antes y luego, como entre sus dos valvas la perla, este
momento irisado y perfecto. Ahora.

(Variaciones sobre tema mexicano)