VIAJE CON REGRESO

Escondido en la luz, 
mi cuerpo todo luz, difuminóse, 
dejando un surco leve
abierto por la estela de la noche. 

Nadie oye el ruido
de los pasos perdidos en tinieblas; 
de mis pasos opacos
desmoronados sobre mi cabeza. 

Ya preso entre paréntesis, 
la luna acalla el ritmo de sus olas, 
se desborda mi cuerpo
y mana espuma por sus cuencas rotas. 

Cruzan de esquina a esquina
doce bustos de mármol patinado
de doce emperadores
que husmean en mi pecho esmerilado. 

Busca a tientas mi mano
sus ojos y su mano de ceniza, 
enlazada con yedra, 
que flota sobre un agua sin aristas. 

Mi cuerpo todo luz
cayó tendido en tierra calcinada
y brotaron de él
un manantial de luz y otro de escarcha.