Vese: duda Sansón, y duda el lazo lo que él; duda Sansón, duda y procura hurtarse fuerte en vano a la atadura, ella tiembla temor y fuerza el brazo. Aquel valiente, aquel que de un abrazo puso puertas a un monte y su espesura, flaca para él, un tiempo, ligadura es a su libertad fuerte embarazo. Llega el fiero juez, condena a muerte los ojos. Y él, risueño y sosegado, dijo (más que su fuerte brazo, fuerte): «Si tres veces de Dálila burlado sus engaños no vi, juez, advierte que ya de ellos estaba despojado».