Alto estoy, tanto que me niega el velo pardo el suelo a mis ojos, por airado, en mirar que por nubes le he trocado o porque niega, en fin, humano cielo. Águila en vista fui, águila en vuelo, mas como ajena salas he volado temo me falten: miro que han parado en ejemplos, mis émulos, del suelo. Desprecio, altivos, dieron a su suerte, al tiempo, a la fortuna: si han caído, sus manos dieron puertas al mal suyo. Conozco mi verdad, merezco acierte. ¡Desdicha, si me humillas, habrá sido no por mi mal o culpa: por ser tuyo!