EN MEDIO DE LA MULTITUD
En medio de la multitud le vi pasar, con sus ojos tan rubios como la cabellera.
Marchaba abriendo el aire y los cuerpos; una mujer se arrodilló a su paso. Yo
sentí cómo la sangre desertaba mis venas gota a gota.

Vacío, anduve sin rumbo por la ciudad. Gentes extrañas pasaban a mi lado sin
verme. Un cuerpo se derritió con leve susurro al tropezarme. Anduve más y más.

No sentía mis pies. Quise cogerlos en mi mano y no hallé mis manos; quise
gritar, y no hallé mi voz. La niebla me envolvía.

Me pesaba la vida como un remordimiento; quise arrojarla de mí.
Mas era imposible, porque estaba muerto y andaba entre los muertos.


Los placeres prohibidos (1931)